INQUISIDOR
Francisco de Sales
Por favor,
dame un explicación.
Déjame que amanse a mis ansiedades
con una razón conciliadora.
Explícame los motivos
para que yo pueda explicarme a mí mismo,
los por qués y sus respuestas.
Concédeme la vida con tus palabras,
que disipen mi pensamiento caótico,
y dejen escapar al miedo de mi miedo.
O mátame con tus palabras,
que hieran fatalmente mi alma,
que profanen mis lienzos vírgenes,
los folios inmaculados
donde tenía previsto escribir tu nombre
durante no menos que un perpetuo infinito,
o más tiempo si lo hubiera.
Todo ello antes de que una duda,
la duda,
se instale a traición en mi cordura.
Te ruego el roce de tu aclaración.