SIN TÍTULO (SIN ESQUELA)
"No te vayas..."
Lloré cuanto pude, amargo, inexperto, incrédulo,
y repetí el deseo: "no te vayas..."
Me dejaste pegado al último intento,
ahogado en mis propios llantos ahogados,
repartido en miles de fragmentos.
Tú, hada extraña que no concedes los deseos,
no escuchaste el concierto de amor,
el redoble de las miradas,
los intervalos mudos entre lágrimas y llanto;
no quisiste que te emocionara mi llamada,
ni me permitiste despertar con arrullos tu conciencia,
tus instintos, la humanidad;
no me dejaste el sitio de perro faldero
que durante tanto tiempo ocupé;
me robaste, no te castigue Dios,
cuanto amor puse en tus manos,
cuanto de futuro y sueños deposité en ti,
todo el cielo que te fui entregando,
todas las nubes que conquisté para ti,
y el amanecer prestado que te dejé un día.
No llamo a la puerta de tu recuerdo
con golpes que hablen de resentimiento:
es la duda de mis posibles errores quien lo intenta,
quien se asoma lastimera a tu horizonte
para ver si se descarga el cielo que nos cubre,
y al grito de "no pasa nada"
comenzamos a compartir nido y vuelo otra vez.
A la espera quedo.