DESCONSOLADO CONSUELO
Francisco de Sales
Te dije que no te quería,
que había que llamar al fontanero,
y que había vuelto el invierno.
Todo con el mismo sentimiento,
con la misma desgana
y el mismo tono,
átono y atónito,
de voz.
Me preocupó más lo del fontanero
porque tenía peor solución.
Tenerte tan al alcance de la mano,
te desvalorizó ante mí.
No te culpo por no saber cotizarte,
ni incitar a mi deseo,
ni hacerte imprescindible;
quizás soy yo quien se aferra al frío
y cierra el corazón, inexpugnable,
y rechaza cualquier cálido intento.
Quédate o márchate.
Mi amor no sabe amarte.
Mi desamor no sabrá olvidarte.