DESDE LA LOCURA DONDE HABITO
Pensar en ti dibuja alegría en mi corazón.
Traerte del limbo del pasado
a la vida cálida de mi pensamiento,
al recuerdo que se instala etéreamente,
es una sensación de rozar el milagro.
Tu paso por mi vida,
que ya sólo existe en la nada de la memoria,
no quiso entretenerse en conocerme más,
ni quiso hacerse cargo de mi amor atesorado.
Te quise, lo sabes.
Te quiero, lo sabes.
Te querré, lo sabes.
Estoy condenado a ser mendigo de tu amor,
a vaciar cada día mi amor en la añoranza de ti,
para que se renueve, con más fuerza,
y poder seguir repitiendo el ciclo inagotablemente.
El futuro me encontrará amándote,
instalado ya definitivamente en el pasado,
del que no quiero salir para no perderte,
negando todos los presentes en que tú no estés.