CAOS DESENAMORADO
Los ojos se me humedecen de recuerdos.
La memoria selecciona sólo los pasajes románticos,
las miradas enamoradas,
la cadencia de los suspiros,
la intimidad de los susurros...
y olvida, ingrata y embustera,
los momentos mal vividos, el abandono y sus secuelas,
el mar de llantos embravecidos,
la rotura continuada de brotes de futuros,
y el vacío de mis ojos cercenados.
La historia de los amantes es la historia de los desamados
La tragedia encuentra un hueco amplio,
una estancia, un lugar reservado,
un nido con un rótulo de bienvenida.
El amor, torpe, inculto, improcedente y novato,
desatina con sus flechas, desconcierta con sus fallos.
Lo que debieran ser praderas florecidas y calmas,
son presagios desagradables cumplidos;
y lo que debieran ser felices encuentros,
son guerras a dos bandos.
Así que cada vez que el amor quiere recuperar su sitio,
tiemblo al pensar en el vértigo despavorido,
al pensar en el apocalipsis desmedido,
al pensar en la lujuria de sentimientos sufridos.