NADIE Y NADA
Francisco de Sales
Se fue deshilvanando
lo poco que nos unía.
Entre tú y yo,
sólo una sombra
a punto de extinguirse.
Se fue deshilando
el mundo.
La nada eterna
se adueñó de nuestras nadas,
las que nos desunían,
y nos gobernó
con sus tinieblas.
Se fue deshilachando
el presente.
El corazón
a gajos desmembrado.
El cariño
muerto de frío.
El latido del amor,
desacompasado.
Tú y yo,
nadie y nada.