SIN CONSUELO
Francisco de Sales
No volveré a rendirme
a tus encantos generosamente idealizados,
ni dejaré que tu bruma inquietante
me envuelva en su manto caótico;
no he de permitirme ni permitirte
que te inmiscuyas con impunidad
en mis revuelos desconcertados,
ni daré permiso a mi debilidad
para que se rinda mansamente.
Prefiero luchar contra molinos,
domesticar dragones
o convivir con engendros míticos,
antes que dejar la puerta abierta
a tu maldad viperina,
antes que malvenderme por tus sonrisas,
falsas como corazones de barro,
antes que peregrinar en pos de tu cuerpo,
antes que rogar sin dignidad
el pecado de tus besos.