ÉL Y ELLA: ELLOS
Francisco de Sales
La amaba tan de lleno,
con aquella intensidad
sin fin ni fondo ni precaución,
que cuando ella se alejó
quedó colgado de la locura,
dudando en todo que sí o no,
que si aquello fue o no,
que si aquello pasó o no.
Aquel esfuerzo desmesurado
por comprender lo incomprensible
con una mente difusa y confusa,
no le aportó consuelos de madre
ni calmó su apetencia de luz,
sino que le fue embaucando
hasta convencerle de que ella,
antes la innegable,
nunca existió.
Ella, lejos, intacta.
Él, irrecomponible.