TENGO EL ALMA SENSIBLE
Me recorren los hormigueos de los sentimientos.
Siento pequeños terremotos en todo el cuerpo.
En cualquier momento entraré en erupción,
y el volcán de mis emociones
arrojará un llanto que anegará el mundo.
Si no hubiera permitido que me invadiera la luz,
si me hubiera negado de pleno a oír la música,
si hubiera cerrado el paso a tu recuerdo,
ahora no estaría sintiendo lo que sufro.
Pero sería el vegetal de dos patas,
la piedra que cuando es arrojada cree que sabe volar,
el camino, confundido, que no acepta ser nada más que suelo,
el árbol que nunca, jamás, se escapará de sus raíces,
o el águila de piedra que no conoce el cielo;
sería el muerto que se olvidó de parar de respirar,
el preso que niega los barrotes,
la mentira, engañada por quien la emitió.
Prefiero estar vivo, aun entre dolores;
prefiero sentir, aunque me destroce lo que siento;
prefiero que nazcan mis lágrimas y luego me abandonen,
aunque se lleven con ellas mi hombría de hombre entero.
Prefiero ser zarandeado antes que ser circunspecto;
prefiero la zozobra emocional antes que la frialdad del intelecto,
prefiero vivir mis congojas antes que el vacío,
cómodo pero muerto,
y mis ojos a veces tristes,
antes que unos ojos secos.