NO COMPRENDÍ
Francisco de Sales
No comprendí
ese ansia intensa
de querer acumular en tus ojos
todos los amaneceres,
incluso los oscuros,
y los que se esconden en la niebla,
y los que empezaron tarde,
y esos majestuosos
esos en los que un sol
orondo y campechano
se despertaba
desayunado y feliz.
No comprendí
ese ansia insaciable
que buscaba cada amanecer
con la inocencia intacta
y los ojos expectantes.
No lo comprendí
hasta el día imperdonable
en que cerraste los ojos
definitivamente.