MÍO O DE MÍ
Francisco de Sales
Tu cuerpo fue altar donde te veneraba;
tu espalda curvilínea, paseo para mis dedos,
delicia donde mis caricias retozaban;
tus pechos, almenas,
y mis manos siempre a la conquista;
tu vientre, llanura, y mis manos viajeras natas;
tus nalgas, tersas como la arcilla,
y mis manos las amasaban;
tu sexo, cálida gruta, y mis dedos la exploraban.
Tu boca, de mi boca.
Tu mirada, de mi mirada.
Tu alma, sólo tuya.
Tu amor, todo mío.