MAGIA
Francisco de Sales
Me miró
por entre la cortina de lágrimas
con una mirada inundada.
No añadió palabras
a la mirada acuosa.
¿Para qué?
¿Para decir dos veces lo mismo?
Cerró los párpados.
Se escondió tras ellos.
Ocultó el nacimiento del manantial infinito.
Seguí viendo su mirada inundada,
acuosa,
a través de sus párpados cerrados,
para mí transparentes.