TIERNA
Tierna:
tus pocos años
y tu corazón duro,
fatalmente aliados,
no te dejan notar
la poesía en las poesías,
ni te dejan sentir
las emociones en el corazón.
No me acuses,
insensata,
de quedarme en la retaguardia de la vida
al cobijo de mis papeles
y mis sentimientos
azuzando almas
o
consolando espíritus.
Bastante tengo
con desleer los límites
que señalan el fin de la razón
y el principio de la vida.
Bastante tengo
con eludir las voces
de mi vergüenza atávica
para poder desempolvar
situaciones desterradas,
para ver lo invisible
con los ojos cotidianos,
o ser niño sin censuras,
o ser mujer sin serlo,
o ser enamorado
sin tener el corazón alterado.
Bastante tengo
con rebuscar entre las palabras
las que se arriesguen a definir
o explicar un sentimiento,
con juntar palabras casi inservibles
para hacer frases entonadas,
con sintonizar mágicamente
con cada ser humano
para decirle en su idioma
lo que su sensibilidad calla.
Bastante tengo
con haber conseguido
ver el verde en lo verde,
el dolor en los silencios,
las personas como historias
y las mujeres como el todo.
Tierna:
desvergüénzate,
elimina los horizontes,
saca tu alma al sol,
desocupa tus oídos,
afila y afina tus ojos,
cuelga unas notas de música a tu alrededor,
y permite que te hablen las poesías.