LA VOZ DE MI SILENCIO
Francisco de Sales
Mi voz planea sublevarse
y hablar por mí de mi secreto.
Decirte,
y que sea lo que Dios quiera,
que te deseo.
Que deseo despojarte de la ropa y la vergüenza,
besarte,
deslizarme por tu piel;
un cuerpo a cuerpo enlazado con abrazos,
tus pechos a mí sumisos,
contemplar tus nalgas altivas,
admirar tu desnudez secreta,
acallar los miedos o pudores,
desaletargar tus jadeos
y desempolvar tu lujuria;
llevarte al mundo donde no hay mundo
y sí placeres y complicidad,
y no arrepentimientos ni juicios,
y sí placeres y naturalidad,
y no soledades ni la nada...