SÓLO PARA MÍ
Francisco de Sales
Solo.
A solas rumio mi debacle casi cotidiana,
que es mi secreto más secreto.
Cada noche soporto el juicio justo o injusto
que me castiga con la desazón y la intranquilidad,
y me hace formular propósitos,
quizás,
sólo por el placer nada placentero de incumplirlos.
Cada noche soporto los reproches,
cada noche propósitos de enmienda,
cada noche rezo y ruego fuerzas,
cada noche me desespero.
Así que no es extraño
que casi cada noche
refuerce mi enemistad conmigo
y escriba para perdonarme.