CONFESIÓN
Francisco de Sales
Como pseudopoeta que soy,
pseudoescribiente,
me permito el lujo y el privilegio
de enamorarme sin riesgos,
de llorar sin lágrimas,
de sufrir con el corazón íntegro,
o de inventarme
apasionadas amantes
que derrochan su amor en mí.
Como me quedo fuera de este folio,
a salvo,
vivo mil vidas sin miedo,
mil pasiones en mi amor indemne,
mil piruetas,
mil besos
o mil infiernos.
Pero no me alegro.
Echo en falta involucrarme,
sentir en la piel,
alegrarme en el alma,
notarme satisfecho,
rebuscar por el suelo
los fragmentos de mi corazón roto,
y recomponerlo después
con más voluntad que experiencia.