LOS AÑOS QUE SE FUERON
Francisco de Sales
Fuera
un aguacero se expande
al ritmo que marcan las nubes.
La última vez que me paré a ver cómo llovía
sin decir una blasfemia o sin ver su lado desagradable,
tenía menos de diez años
y los ojos aún abiertos al asombro.
Han pasado casi setenta años.
Ahora tengo los ojos más bien cerrados,
no así el alma infantil ni la sonrisa.
Los años han sido generosos
y cada uno me ha dejado un gramo de paz,
otro gramo de paciencia,
y una pizca de sabiduría.
Gracias.