EL HOMBRE QUE PENSABA EN SECRETO
Francisco de Sales
Siempre callé cuanto pude.
Me dio miedo compartir pensamientos
y entregar las llaves de mi interior.
No quise ver mis secretos desperdigados,
aireados alegremente de boca en boca.
Cuidé mucho el acceso,
para que no escaparan alocados.
Supe, con firmeza,
que quien cuenta a otro sus secretos
se convierte en su esclavo.
Por eso mis secretos fueron secretos,
vivieron recluidos en su prudencia,
callados por propia voluntad,
tranquilos bajo mi protección.
Fui el hombre que pensaba en secreto,
silenciosamente recatado,
prudentemente mudo.