OTRA RECLAMACIÓN
Francisco de Sales
Tras la intimidad de los párpados cerrados,
en la clausura del silencio diáfano,
se expresa sin temor la voz de mi conciencia.
Me dice,
con voz de amor,
que merezco mucho más de lo que estoy recibiendo.
Me dice,
con su docta sapiencia,
que la deuda del destino está siendo abultada,
y que debo explotar,
sublimemente,
para que se oiga en los confines
el deseo no doblegado
que reclama la presencia, y la estancia eterna,
de la mujer que merezco,
de la mujer de sonrisa abierta,
de corazón inagotable,
que tengo reservada.