LA LLAMABA
Francisco de Sales
La llamó con el pensamiento.
Ella estaría distraída,
dormida en nubes de espuma,
o buceando por el fondo del mar,
o en cualquier sitio
donde la no voz de él
no le llegaba.
Insistió en la llamada
con pensamientos tan cargados de amor
que nadie podría negarse,
que ningún corazón resistiría sin morir,
sin rendirse,
sin entregarse entero
o lanzarse al vacío acogedor.
Ella estaría dormida,
de alma y sueño,
a la vida y sus llamadas,
porque no recibió el mensaje
y siguió en su mundo
mientras él la llamaba con el pensamiento.