DULCE RECORRIDO
Ansío escalar tu cuerpo con besos lentos.
Deseo conquistar cada centímetro
mientras me acerco a tus gemidos,
que son mi meta.
Dejo atrás el tobillo y la rodilla
y me aventuro a cruzar tu larga pierna
dejándome guiar por el perfume de tu sexo
que lanza al aire su deseo en celo.
Mis labios acaban encontrando el vello
que oculta los tuyos secretos.
Mis labios ciegos besan los tuyos mudos.
De fondo comienzo a oír incipientes gemidos.
Mi lengua fálica aviva tus jugos,
eleva tus deseos,
te penetra entera.
De fondo oigo, ya más nítidos y más sentidos, tus gemidos.
Mi lengua abandona el lugar anegado
y llega lentamente al ombligo,
donde dibuja círculos.
Después, en dirección a tus llamadas, reanuda el camino.
Llega a dos montes breves que visita
con placer mutuo y compartido,
y despierta a los pezones,
poco antes de alcanzar tu boca,
que me acoge y me mima.