ALAMEDA DEL LIBERTADOR
Francisco de Sales
La Alameda del Libertador
acoge entre la sombra de sus plátanos
los amores desconcertados
de los enamorados más recientes.
La mayoría de ellos
no han celebrado sus dieciseis años.
Se han enamorado
con la inocencia y la inconsciencia,
y ya sufren el alboroto
de los desamores imaginarios
y los celos sin motivo.
La Alameda del Libertador,
desde siempre Maternidad de amores
y Cementerio de soledades,
acoge en su vientre compasivo
las lágrimas innecesarias
y los sueños imposibles