LEJOS DE MÍ LOS QUIERO
Francisco de Sales
Ladran como perros locos,
con voz de trueno enfurecido;
gritan, son portadores de estruendos
y ninguna oración les calla.
Atacan, los colmillos afilados,
las garras hambrientas de heridas,
la sed de sangre latiendo,
la muerte instalada en la vista.
No lloran.
Sus lágrimas navegan en otros llantos.
No se arrepienten.
Es imposible hacerlo si no se tiene corazón.
Lejos de mí los quiero.
Muy lejos.