ESTE IR Y MORIR
Francisco de Sales
Este trayecto que recorro cada día
del amor a la desesperación,
parando en todas las espinas,
sin ser dueño de mi corazón,
es un camino desalfombrado,
de arrechuchos continuos
en mi alma penitente;
es un sendero hollado
con premeditada alevosía
por punzadas certeras
que siempre atinan.
Este vericueto por el que transito
con los ojos ciegos de mi corazón ciego
me lleva una y otra vez a ti
y me devuelve malherido,
la moral rendida,
la ilusión desencantada,
a la cárcel de mi derrota
donde lamo las heridas,
consuelo tristemente mi desánimo
y me prometo olvidarte,
cosa que nunca consigo.