TU DORMIR DIARIO
Francisco de Sales
Al final de la tarde me acerqué a la orilla.
Paré mis pies poco antes de las olas.
Descansé la mirada en el infinito.
El sol me miró cansado.
Estaba en el final de su camino,
y asistí mudo al evento de ver
cómo muere cada día.
Primero descansó su reflejo en el agua,
como preámbulo y preludio;
después se hundió en el mar
y la noche fue el luto por la pérdida.
Mi última mirada fue fugaz,
pero se ha convertido en infinita
en la memoria de los recuerdos.