LA MUERTE DE LA LUZ
Francisco de Sales
El paisaje está mudando de color,
pasando del brillo vivo del mediodía
al pardo oscuro del final de la tarde.
Los últimos coletazos de luz,
luz pobre o luz mortecina,
se esfuerzan en delatar
las montañas del horizonte
y las estelas del volar de los pájaros.
¿Para qué?
En breves momentos
la negra luz de la noche
mimetizará todo
con uniforme funerario.
Triste destino el del sol.
Voy. Vengo. Voy. Vengo.
Ninguna garantía.
Ningún seguro.
Ninguna promesa de eternidad.
Cada día aprovechar
el desfallecer de la noche
para reconquistar el cielo.