IMPOSIBILIDADES
Francisco de Sales
Apenas se alejó el verbo correr
galopando a lomos de su urgencia,
apareció la señal de STOP,
quieto,
el mundo apresado en quieto,
y se explayó la luz de luna
por la opacidad del cielo noctívago,
gobernando el ajeno Mundo.
La luna, viajera noctámbula,
peregrina impenitente,
entonó una cantinela infantil,
de cielitos y maripositas,
extendió su tristeza por la noche,
empolvó su pálida cara,
y durmió la siesta
con un ojo abierto.