PESADO PESIMISMO
Francisco de Sales
Se encierra para no sentir el aire,
ni escuchar la voz de la esperanza,
ni enamorarse del sol y de su brillo.
Desaparece, como puede,
de la vida que le maltrata,
de este presente poco halagüeño,
del futuro al que está condenado.
Reniega de sí mismo y sus circunstancias,
maldice en siete idiomas agresivos,
pone luto y miedo a sus sueños.
Se rinde, huye, desaparece…
Luchar no es su habilidad.
Perdió la fe junto con el cordón umbilical.
El negro es el color que mejor le sienta a su porvenir.
Vivir es lo mismo que no vivir
y que morir.