BREVE
Breve
es el epitafio
que es un repaso a mi vida
tan breve en vida.
Breve
en luces y maravillas,
sin trocitos de magia en las esquinas,
muchas mañanas sin amaneceres,
bastantes soles insípidos
y con calor de nieve, o sea, fríos.
Breve
en noches dadas al diálogo,
sobremesas floreadas de risas,
intimidades compartidas entre corazones
que saben dónde no anidan las alimañas;
os quiero, Emma, mis hijas,
mi familia, mis amigos…
Breve
anecdotario vacío de encuentros,
casi huérfano de anécdotas,
colgando telarañas de los abrazos,
el corazón a veces desértico,
la rutina gobernando desacertadamente.
Amor, ¿a quién entregaste tus flores?
Breve
viaje de tu boca al olvido,
entierro y destierro al mismo tiempo,
reclamo las voces de un Coro de Ángeles Niños,
me niego a ser enterrado con mis miserias.
Breve
infancia que se convirtió bruscamente en nada,
los años de pocos años fueron pocos,
la responsabilidad me reclutó pronto,
mis juegos y los juguetes se diluyeron,
Dime, Amor ,¿dónde estuviste?
Breve
nostalgia aterida de frío,
las luciérnagas se extinguieron,
los Reyes Magos abdicaron,
el ratoncito Pérez era el gran cabrón ausente,
las noches coparon mi cielo,
rompí mi niñez en añicos,
y tú, Amor, frecuentabas otro corazones.
Breve
rosario de esperanzas marchitadas,
la luz no era luz en mis ojos,
lloré tanto que lo lloré todo,
fui un niño tenue y asustadizo;
quemé los recuerdos en una noche
y sin pasado empecé una nueva vida:
más útil me hubiera sido una buena vida,
porque el Amor nunca vino.
Breve
tapiz de flores y sonrisas
por el que esparzo estos mis lamentos,
la vida corriendo hacia su ocaso,
yo desatento entre tanto ruido,
las estrellas rilando altivas,
mis sentimientos dando gritos,
mientras el Amor me hace caso omiso.
Breve
el paso de la ternura por mi pasado,
como si fueran irreconciliables enemigos,
como si todos los corazones de mi alrededor
hubieran muerto de quietud,
mis manos secas de caricias,
la música clavada al pentagrama
sin violines o pianos que la rescataran,
las velas huyendo en los veleros,
las niñas jugando a la comba,
y el Amor, esquivo.
Breve
el corazón racaneando latidos,
la sangre deslavada y amarga,
mis ojos de chiquillo cerrados,
no podía descoser mi sonrisa.
Breve
lo que soy, lo que fui, lo que me rodea,
la felicidad enojada conmigo,
las alas rotas y replegadas,
el caos organizando sus patrañas,
las mentiras afilando su ponzoña,
como tú,
Amor,
que más fuiste desamor.
Mientras las demás personas conjugaban el verbo amar,
Tú, amor, ¿dónde estabas?