EMISARIAS
Francisco de Sales
Como siempre,
las palabras,
mis queridas odiadas,
me enojan por su modo y manera de ser.
Eso de que sean tan dúctiles, tan asequibles,
y que sean tan serviles, me enerva.
Lo mismo se erigen en defensoras del amor
que trafican con sentimientos,
ensalzan injusticias,
o matan de dolor.
Unas veces son emisarias de parabienes,
otras frías y comerciales,
cuando no precursoras de besos
o porteadoras de malas noticias.
Son pérfidas conspiradoras,
narradoras conspicuas,
altaneras o amenazantes,
y lo mismo dicen ternura que dicen muerte.
Las palabras:
esas insensibles mercenarias.