PROCLAMA
Francisco de Sales
Te quiero.
Pero no de papel y tinta,
ni de rima perfecta
en tertulias de pseudopoetas,
sino a golpes de latidos desaforados,
temblequeando mi corazón,
sintiéndote en las tripas
y en el centro universal del amor.
Te quiero sin intermediarios,
eludiendo la razón y los intereses,
ajeno a los adjetivos,
atento a las emociones,
siendo sólo un receptor
bamboleado por los sentimientos.
Te quiero desde la nada,
desde el nadie que soy,
y cuando bajo la guardia y los muros,
cuando me visita el miedo,
o cuando no estás en mi recuerdo.
Te quiero en cada momento,
en cada lugar, en todos los sueños,
en domingos y febreros.
Te quiero, amor, te quiero.