VINO LA MUERTE
Francisco de Sales
Vino la muerte
a negociar el dolor y el momento
que me serían apropiados
para su irrupción destructiva.
Vino a preguntar,
por si me iba mal o muy mal,
o si me era indiferente.
Le molestó que le dijera
que era bienvenida.
La falta de costumbre, supongo.
No me importa que me lleves
donde sea que habitas,
ni me importan tus negruras,
ni la fetidez de tu boca,
ni el rancio regusto de tus besos.
No me importas,
muerte asesina.
No me importa que vengas:
me ofreces más que la vida.