FIRMES DESPROPÓSITOS
Francisco de Sales
Es muy pobre la llama que me quema.
Apenas un segundo después de empezar a arder
ya se extingue y desencanta.
Duro poco en mi sitio firme:
empiezan a un tiempo comienzo y final.
Ni mi sombra llega a quedarse quieta.
Es más, ni siquiera llego a estar.
Así me huyen las voluntades,
las ansias, los propósitos de enmienda.
Así mueren sin nacer los futuros,
que ya son pasados desde antes de llegar.
Es por eso que me evado del momento,
arrancando las raíces que pudieran atarme,
y busco otro destino distante y distinto,
para no quemarme en el intento.