LA MIRADA PERDIDA

 

 

No encuentro mi mirada en ningún espejo:

me devuelven una cara de cuencas vacías.

 

¿Y mis ojos?

¿Dónde están?

Quizás se fueron tras de ti,

quizás huyeron entre parabienes y aplausos

a tu regazo de amante tierna,

a vivir de tus abrazos y buenos deseos,

a crecer entre mimos y caricias,

en la cuna de tus pechos.

 

Mi mirada de ojos ausentes

busca por cualquier cielo para encontrarse.

Busca sin saber dónde está.

Busca.

 

Espero el reencuentro en otra mirada.

En la tuya.

Espero, ansío, anhelo, sueño

con tus ojos como preñados de más ojos,

todo risa, todo alma, tímidos y fuego;

todo diálogo, gritos alegres y tiernos,

vuelo y amor,

bellos y ciertos.