PASEOS DE LAS CARICIAS
Francisco de Sales
Paseaba sus caricias
por el cuerpo adorado de su amada.
Al final de sus dedos
estallaba una feria de fuegos artificiales
por el solo roce con la piel.
Volvían las caricias emocionadas,
deshechas en un agradable llanto,
tan felices como es imposible llegar a ser.
Le recorrían, envidiablemente,
maravillas por el pulso
y terremotos el corazón.
El amor,
tan inocente como atrevido,
tiene esas cosas:
lo mismo te hace conocer lo sublime,
y te lleva la cielo para siempre,
que te presenta al diablo
si es que nunca te enamoras.