Francisco de Sales - Poesía

VERBEAR

Francisco de Sales

 

 

Abanicar al aire para que camine,

soplar las velas encendidas para salvarlas,

esperar una manada de versos para mis poesías,

organizar mis años (estaban los veinte antes que los tres)

escupir una congoja que me raya la garganta.

 

Bailar música de Réquiem, o de marchas militares,

añorar los tesoros que guarda el pasado,

encandilar a los días con hechos deslumbrantes,

comerciar con besos a cambio de besos,

huir de los demonios y las tragedias,

volar con las alas de la ilusión,

tejer el futuro con sueños posibles,

andar al mismo paso que yo.

 

Escribir grandes pensamientos con la imaginación,

acariciar tu cuerpo con los dedos de la emoción,

subir a la más alta nube del más alto cielo,

amar en presente y en plural.

 

Desorganizar los nudos y liberarlos,

ondear la bandera de mis miedos a media asta,

dar sin fin sin fondo sin avaricia todo,

crear magia de la buena a mi paso,

tomar grandes sorbos de vida,

publicar mis sentimientos a pleno pulmón,

masticar con cuidado el veneno de los odios,

dormitar plácidamente en los trazos del destino.

 

Consumir las noches antes que los días,

dormir con el corazón henchido de buenos sueños,

escuchar la música con los oídos sensibles del corazón,

perder el miedo en cualquier rincón,

esperar sin prisa el último día de los míos,

recordar el tacto de una piel de quince años,

averiguar dónde dejé las llaves del cielo.

 

Teñir el luto de mi miedo en verde esperanza,

encontrar la entrada a la eternidad,

pedir besos a todas las personas,

voltear mi malhumor y dejar la sonrisa boca arriba,

ronronear ovillado en tu regazo.

 

Rodear tu cintura con un lazo hecho de besos,

pintar un sol en mi frente y no borrarlo jamás,

urdir sorpresas regalos caricias,

impedir el paso a los ladrones de alegrías,

cartografiar tu corazón y tus sonrisas,

sembrar amor en todos los campos y esperar la cosecha,

pero, al fin,

sucumbir gloriosamente a tus encantos.